Curiosidades de la vida. Esta receta la iba a publicar la semana pasada, pero hacía tanto calor que las fotos quedaron fatal así que no publiqué nada y las volví a repetir esta semana que precisamente no ha hecho mucho calor, todo lo contrario. Hemos sacado las chaquetas y los foulares y hemos cerrado las ventanas. Sin embargo, a pesar de eso, no estamos en invierno y aunque lo estuviésemos creo que la comeríamos sin duda, porque es uno de mis postres favoritos.
LA PELÍCULA: SOLO EN CASA (1990)
Hay muchas películas que tengo asociadas a mi infancia y ésta es una de ellas. Supuso todo un éxito para su protagonista, Macaulay Culkin que interpreta a un niño de ocho años, miembro de una familia numerosa, que accidentalmente se queda solo en casa cuando toda su familia se marcha a pasar el día de Navidad a Paris. Entonces será cuando aproveche para hacer lo que sus padres le prohiben: ver programas para mayores y comer chucherias. Aunque hace la compra y pone la lavadora, deberá enfrentarse a una pareja de ladrones que pretende robar en su casa.
EL PLATO: HELADO DE FRESA
¿Quién no ha deseado cuando era niño quedarse solo y hacer lo que uno quiera? Poner la música en alto, ir con la ropa que más te apetezca, no recoger y comer helado siempre que quieras. Y éste es el sueño del crío que se cumple así que que mejor que esta película para esta receta :)
LA RECETA (original de Lola en la cocina con alguna variación)
1) INGREDIENTES
- 150 gr. de azúcar blanco
- 3 huevos grandes
- 75 gr. de nesquick de fresa
- 375 ml de leche
- 250 ml de nata para montar
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- Batimos los huevos con el azúcar. Después añadimos el nesquick de fresa y seguimos batiendo.
- Ponemos la leche en un cazo y la calentamos hasta que empiece a hervir.
- Vertemos la leche en la mezcla de los huevo, el azúcar y el nesquick sin dejar de remover y lo vertemos otra vez en el cazo que lo volvemos a poner a fuego suave removiendo constantemente hasta que la mezcla empiece a esperar. Es importante que no esté muy caliente.
- Retiramos y dejamos que se temple. Seguidamente le añadiremos la nata y la cucharadita de extracto de vainilla.
- Finalmente lo metemos en el congelador y lo sacamos cada 30/45 minutos para removerlo bien con una cuchara para que no se cristalice. Yo lo repetí unas 4 veces y luego lo deje en el congelador durante toda la noche. Al principio, veremos que le cuesta congelarse, pero no pasa nada así es más fácil removerlo.
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