¡Sorpresa seriéfila!

Este fin de semana no ha habido receta seriéfila o cinefila propiamente dicha, pero por un motivo muy importante: acudí al Festival de Series que cada año organiza Canal + y del que podéis ver mi crónica aquí. Llevaba tiempo rumiando la idea de llevar algo porque muchos me lo habían pedido, así que cogí al toro por los cuernos y me decidí. ¿Qué hacer? Ahí estaba el problema ya que había que transportarlo en autobús hasta Madrid. Me decidí por unas galletas y de entre todas, por unas muy sencillas decoradas con glasa real. 

Nadie sabía que las iba a llevar. Es más, incluso mentí a @noeliaroalvarez y @ainhop cuando me preguntaron. Cuando llegué me sentía como Papa Noel, repartiendo dulces. Según me dijeron, estaban muy ricas (espero que no me mintiesen ^^) así que aquí tenéis la receta por si os animáis a hacerla.

LA RECETA
Ingredientes

• 150 gr. azúcar glas
• 250 gr. mantequilla
• 1 yema de huevo
• 1 cda de esencia de vainilla (u otra que os guste más)
• 450 gr. harina

Preparación

1. Batimos el azúcar glas y la mantequilla hasta mezclarlas bien.
2. Añadimos la yema de huevo y la esencia.
3. Incorporamos poco a poco la harina tamizada previamente y lo batimos todo bien hasta que se integre.
4. Hacemos una bola y la metemos en el frigorífico para que se solidique un par de horas.
5. Extendemos la masa y cortamos las galletas.
6. Las colocamos en una fuente y las horneamos unos 10-12 minutos a 180ª o hasta que estén con un ligero dorado (aquí ya sabéis que siempre dependiendo del horno)

LA DECORACIÓN

1. Preparamos la glasa real con 200 gr. de azúcar galas y una clara de huevo. Añadimos el colorante según el color que nos interese
2. Si la queremos un poco menos espesa le añadimos una cucharadita de agua. Aquí cuidado que no tiene que quedar muy líquida.
3. Cogemos una manga pastelera y... ¡A decorar!

Galletas a medio decorar

Galletas ya decoradas

Las letras están hechas con rotulador (obvio que comestible ^^) y
las bolitas son las típicas de anis

Envueltas una a una

 La gran preocupación era cómo llevarlas en el viaje ya que cuatro horas en autobus eran un gran peligro. Tras darle muchas vueltas al coco, se me ocurrió que en tapers, una encima de la otra y sin llenarlos demasiado. Como no tenía cajas del mismo tamaño que las galletas, se me ocurrió poner rullos de papel de periódico prieto en la zona que quedaba vacía para que no se moviesen y no se rompiesen. Luego las dos cajas en una bolsa de plástico y en el bus, entre piernas. Puedo aseguraros que sobrevivieron bastante bien al viaje :)